En dialogo con Ecuadorenvivo.com, el analista político Lolo Echeverría ofreció su perspectiva sobre el panorama electoral de Ecuador, donde 17 candidatos presidenciales compiten en un país con solo 18 millones de habitantes.

Echeverría atribuye este fenómeno a la proliferación de movimientos políticos y a las leyes que obligan a los partidos a participar en elecciones para asegurar su supervivencia. Además, mencionó la falta de claridad en las opciones principales como un factor que contribuye a la alta cantidad de aspirantes a la presidencia.

Echeverría destacó que la fragmentación del voto tiene dos implicaciones clave: la necesidad de realizar una segunda vuelta electoral y la dificultad para que el próximo presidente obtenga suficiente autoridad para gobernar debido a la estrecha competencia en esta fase. Esto, a su vez, resulta en una Asamblea Nacional atomizada, donde ningún partido tiene mayoría, lo que obliga a buscar alianzas o enfrentar el choque entre la Asamblea y la gobernabilidad.

Cuatro votos le dieron la vicepresidencia a Johana Verdesoto 

El analista también advirtió sobre la crisis de la democracia en Ecuador, donde la apatía ciudadana, la percepción de corrupción y la desconfianza en los políticos han llevado a una situación en la que los votantes eligen más por emoción que por razón. Según Echeverría, este contexto favorece el voto basado en afinidades superficiales, inducido por las redes sociales, en lugar de una evaluación profunda de los planes de gobierno.

Echeverría concluyó que la dispersión del voto “no beneficia a nadie, ni a los candidatos ni a los ciudadanos, quienes se ven obligados a votar sin una comprensión clara de las propuestas políticas”.