Los relojes y bandas inteligentes, cada vez más accesibles y populares, ofrecen diversas funciones de monitoreo de salud como el seguimiento de signos vitales, actividad física, frecuencia cardíaca y sueño. Sin embargo, la precisión de estos dispositivos varía, según un reciente estudio liderado por Cailbhe Doherty de la Universidad de Dublín.
La investigación, que revisa 24 estudios y abarca a más de 430.000 participantes, revela que los smartwatch muestran una alta precisión en la medición de la frecuencia cardíaca y la detección de arritmias, con un sesgo promedio de ±3%. Estos dispositivos tienen una sensibilidad del 100% y una especificidad del 95% para identificar irregularidades en el ritmo cardíaco.
No obstante, los resultados en otros parámetros de salud son menos confiables. En la medición de la capacidad aeróbica (VO2max), los relojes tienden a sobrestimar este indicador con errores de ±15,24% en reposo y ±9,83% durante el ejercicio. La precisión en la medición de la actividad física y el conteo de pasos también muestra variabilidad significativa, con errores que van del 29% al 80% en actividades intensas y subestimaciones en el conteo de pasos de hasta el 12%.
En cuanto al monitoreo del sueño, los dispositivos tienden a sobrestimar el tiempo total de sueño y tienen dificultades para distinguir entre diferentes fases del sueño, como el profundo y el ligero.
La investigación destaca que la precisión de los relojes inteligentes varía según la marca y el modelo debido a las diferencias en sensores y algoritmos. Por lo tanto, es crucial no confiar ciegamente en los datos proporcionados por estos dispositivos para diagnósticos o seguimientos de salud detallados.
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