El designio de los buenos es combatir la maldad

Ago 24, 2024

Por Luis Antonio Guijarro

Úrsula Albrecht, hoy Úrsula von der Leyen, es una persona preparada y buena. Desciende de una familia aristocrática, acomodada y política. Ernst Albrecht, su padre, fue ministro-presidente del Estado de Baja Sajonia por 14 años (1976-1990); y, en paralelo vicepresidente (I) del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Previamente, trabajó en instituciones de la Comunidad Económica Europea y vivió en Bélgica, donde nació Úrsula, una de siete hijos.

Úrsula estudió medicina en la Universidad de Hanover, donde se graduó en 1991 en ginecología; cursó temporalmente arqueología y economía, esta último en la London School of Economics and Politics, y en 2001 cerraba su ciclo académico con una maestría en salud pública. Se casó con el médico y profesor Heiko von der Leyen (de ahí su apellido).

Habla fluido francés, inglés y alemán y es muy aficionada a la equitación. Si bien en 1990 se afilió al CDU, inició su actividad política en 2003 algo tardío, pero con fuerza al asumir el ministerio de Familia del Estado de la Baja Sajonia, logrando escenificar con fuerza mediática sus labores políticas con la educación de sus siete hijos. La Canciller Angela Merkel la nombró ministra de Familia en 2005; y cuatro años más tarde asumía el ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. En 2013 fue ministra de Defensa hasta 2019, cuando fue investida como presidenta de la Comisión Europea. Es la primera mujer en ocupar estos dos últimos cargos.

Durante su mando en Defensa mientras se publicaban sus fotos inspeccionando tanques de guerra se había destapado una ola de denuncias en su contra por inoperancia del equipo bélico del ejército, nepotismo y despilfarro de fondos públicos en contratos por asesoramiento externo de consultorías privadas adjudicadas sin licitaciones.

Su paso por su primera presidencia de la Comisión estuvo marcado por la pandemia y la guerra de Ucrania. Su obsesión por la empresa privada la llevó a cometer los mismos errores que durante su paso por Defensa. No obstante, lo más polémico es su posición hacia Rusia, que en su mundo representa la esencia de la maldad; obsesión que junto al sueño de ser secretaria general de la OTAN, le llevó a subrogarse el control de la diplomacia europea con sus presentaciones de chaqueta amarilla y blusa azul, su permanente propaganda para el ingreso de Ucrania a la Unión Europea, y el envío de armamento y dinero. Se suma su defensa ideológica de la identidad europea y los valores occidentales, el endurecimiento de las medidas económicas contra Rusia, incluyendo el cierre del suministro de petróleo y gas, que lo único que ha conseguido es un incremento de la inflación en Europa, una fuerte recesión económica, sobre todo en Alemania, el crecimiento de grupos de derecha radical y el enfrentamiento religioso.

Es de esperar que su segundo mandato en la Comisión Europea se centre en armar a Europa como medida preventiva para combatir la maldad, y de paso mejorar la economía estadounidense. El designio de los buenos es combatir la maldad.



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