Los 17 binomios presidenciales presentados ante el CNE, luego de las primarias, nos deja un sinsabor sobre la predominancia de la cantidad sobre la calidad. Algunos de ellos ya probaron suerte y no lograron ninguna votación representativa que justifique su vuelta al ruedo; otros carecen de la estabilidad emocional, ni siquiera son capaces de sobrellevar una entrevista o manejar redes que estallan en una serie de discursos agresivos e incoherentes que no aportan nada; otros han cambiado de camiseta una y otra vez, sin ruborizarse; otros niegan haber sido enemigos y ahora se abrazan como amigos; otros niegan lo que han dicho y hecho con tal de lograr un partido que les auspicie; otros dijeron que no iban a ser candidatos y ahora son; en fin, un circo, con muchos payasos y poca gente seria.
Los binomios presentados nos muestran un predominio de la Costa con 76.5% de los candidatos presidenciales, lo cual muestra que la Sierra ha perdido en protagonismo político y ha cedido espacios por la falta de líderes. Por otro lado, la presencia de la mujer se encuentra más en el rol de vicepresidente con un 88.2%, que incluso califican como las más jóvenes. Es decir que, el perfil para presidente es un hombre costeño y para vicepresidente una mujer joven.
Los resultados de las elecciones anteriores en primera vuelta (2017, 2021, 2023), muestran que cerca del 90% de los votos válidos se concentran en 4 candidatos, dejando un 10% para que se reparta entre los candidatos restantes. Si consideramos que es posible que esta realidad se repita y 4 candidatos sumen el 90%, entonces el 10% debe repartirse entre los 13 restantes candidatos.
Considerando que el registro electoral es de un poco más de 13 millones, restando entre ausentes, blancos y nulos un 20%, nos quedaría que ese 10% sobrante es de aproximadamente 1.1 millones de votos que, divididos entre 13, serian 85 mil por candidato.
Los candidatos deben presentar un plan de trabajo, lo cual nos hace cuestionar también si existen 17 formas diferentes de gobierno que justifiquen su existencia. Las dos grandes tendencias políticas se identifican como izquierda y derecha y, con el tiempo, se propuso una tercera alternativa que es el centro. Sin necesidad de ser radicales, se podría considerar cinco tendencias: izquierda, centroizquierda, centro, centroderecha y derecha; pero en ningún momento 17.
Por donde se vea, tener 17 binomios solo habla de la pobreza de la política, donde predomina el juego de egos sobre el interés nacional.
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