El rey Carlos III ha decidido prescindir del servicio de seguridad privada que protege al duque de York, el príncipe Andrés, a partir de noviembre, según reporta el diario The Sun. Esta medida forma parte de su plan para desalojar al duque de Royal Lodge, la mansión de 30 habitaciones cerca de Windsor.
La decisión se enmarca en la estrategia de Carlos III para que su hermano se mude a Frogmore Cottage, la residencia previamente ocupada por Harry y Meghan. Desde que la reina Isabel II despojó a Andrés de sus títulos reales, el príncipe ha dependido de un servicio de seguridad financiado por la Corona desde 2022. Sin embargo, con la finalización de este servicio, se intensifican los rumores sobre el desalojo inminente de Royal Lodge.
Andrés, quien firmó un contrato de arrendamiento de 75 años en 2003, ha rechazado mudarse a Frogmore Cottage y ha intentado utilizar una cláusula en su contrato que permitiría delegar el arrendamiento a sus hijas o a su exesposa, Sarah Ferguson. No obstante, las dudas persisten sobre quién cubrirá los elevados costos de mantenimiento y renovación de Royal Lodge.
En paralelo, Carlos III ha decidido que Andrés debe asumir los costos de mantenimiento de la mansión si desea seguir residiendo en ella, una medida que refuerza la presión para que el duque de York se mude.
Mientras tanto, Carlos III y el príncipe Andrés se encuentran en el Palacio de Balmoral, en Escocia, donde podría discutirse un acuerdo sobre el futuro de la residencia del duque.
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