El escenario electoral de Ecuador se encuentra en un estado de profunda fragmentación, con 17 organizaciones políticas proclamando candidaturas para las elecciones presidenciales del 9 de febrero de 2025. La gran cantidad de postulantes ha generado asombro y confusión en la ciudadanía, reflejando la debilidad del sistema democrático del país, que sigue siendo propenso a la inestabilidad y la falta de una visión a largo plazo.

Durante el programa “Políticamente Correcto”, expertos en política analizaron las implicaciones de esta proliferación de candidaturas y la posibilidad de que se formen alianzas significativas en las próximas semanas.

Gabriela Guerrero, jurista y politóloga, destacó que aunque es probable que se formen alianzas, la fragmentación actual dificulta la consolidación de una visión clara para el país. “Tenemos perfiles que no conocemos bien, y si no se simplifica el panorama, será difícil para los partidos alcanzar los mínimos necesarios que exige el Código de la Democracia”, señaló.

Por su parte, Marcelo Espinel, director del Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, advirtió sobre los incentivos económicos que pueden existir detrás de la participación en las elecciones. “Hay partidos que promueven candidatos con la única finalidad de mantener su supervivencia, incluso recurriendo a prácticas corruptas en el uso del fondo de promoción electoral”, afirmó.

César Ulloa, politólogo y vicerrector del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), subrayó la gravedad de la situación al señalar que “el mejor negocio de los partidos incluso es perder las elecciones, beneficiándose de recursos externos al sistema electoral”. Ulloa también criticó la falta de consolidación de las reglas electorales en el Código de la Democracia, lo que ha permitido que el sistema político se convierta en una “ruleta” en la que partidos sin candidatos y candidatos sin partidos participan sin una verdadera estructura política.

El panel coincidió en que la fragmentación actual favorece al correísmo, que históricamente ha mantenido una base electoral fiel.

Según Ulloa, la estrategia del correísmo podría ser precisamente la de fomentar una mayor fragmentación para dividir el voto opositor. “Al correísmo le conviene competir con 20 candidatos, ya que esto podría permitirle concentrar un mayor porcentaje de votos frente a una oposición dispersa”, afirmó.

En cuanto al gobierno de Daniel Noboa, los expertos indicaron que su éxito o fracaso en estas elecciones dependerá de varios factores, incluyendo cómo maneje la situación en los últimos meses antes de los comicios y la posibilidad de que surjan nuevos actores políticos que capten el descontento ciudadano. “La fragmentación no solo afecta al correísmo, sino también al oficialismo, que podría ver reducida su capacidad de acumular votos si no logra consolidar su base electoral”, concluyó Gabriela Guerrero.