Desde que la capital se convirtió en Distrito Metropolitano, los problemas de la ciudad se han multiplicado, esto fue a raíz de la aprobación de la nueva Constitución en 2008. Pocos beneficios, muchos problemas.
Desde la forma como se elige al burgomaestre y a los concejales se generan problemas. Los dos últimos alcaldes electos llegaron a posesionarse con máximo el 25% de los votantes, es decir, sólo uno de cada cuatro quiteños votamos por el alcalde electo. O si vemos la parte negativa, se posesiona sin contar con el respaldo de tres de cada cuatro quiteños.
Encima, por la “genialidad” del Código de la Democracia, podemos tener 30 candidatos a alcaldes con sus respectivas listas de concejales, por ende, tampoco llega con mayoría al Concejo Metropolitano y ahí radica su primer problema.
Buscar el apoyo de concejales para tener gobernabilidad y todos sabemos la forma como se consigue esto. Cediendo cuotas de poder.
Segundo problema, la gigante burocracia con que actualmente cuenta el Municipio, cerca de 25.000 empleados constan en el rol de pagos. El gasto corriente o de sueldos supera el 50% del presupuesto. La masa burocrática se viene incrementando drásticamente desde la administración de Augusto Barrera.
Sobre el Municipio recaen múltiples áreas – problemas: tránsito, mercados, transporte, basura, movilidad, salud, educación, obras públicas, agua potable, alcantarillado, parques, jardines, áreas verdes, deporte, etcétera, etcétera. Es decir, se cuenta máximo con 50% del presupuesto para toda la obra pública que la ciudad demanda. Si el presupuesto actual de la Administración Municipal bordea los $1.000 millones, para toda la obra que administra la Alcaldía, sólo existen $500 millones y así es imposible cumplir con todos y con todo.
Hay 33 parroquias rurales a las que a cuenta gotas llega la obra pública. No es culpa del alcalde de turno satisfacer a las grandes mayorías y las más elementales necesidades. Puéllaro, Pacto, Pintag, San José de Minas, también son parte del Distrito Metropolitano. La solución no es buscar independizarse como se han manifestado habitantes de parroquias nororientales: Cumbayá, Tumbaco, Puembo, Pifo, Yaruquí, etc.
Se debe convocar a una consulta popular para buscar soluciones definitivas, por ejemplo, preguntar a los capitalinos si estamos de acuerdo en mantener los sindicatos, que han secuestrado EMASEO, mercados y transporte público; si queremos que se reduzca la burocracia de Quito.
Hacer un trámite en Quito toma por lo menos 20 días laborables, porque se necesitan aprobación de demasiadas direcciones que deben justificar su salario. Lo viví recientemente y es un calvario, pese a la buena voluntad de autoridades, funcionarios y servidores, pero más pesa, la (innecesaria) burocracia.
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