Desde el miércoles 31 de julio de 2024, la embajada de Argentina en Caracas muestra un cartel con la inscripción “Embajada de la República Argentina”, pero con la bandera brasileña en lugar de la albiceleste. Esto es resultado de una reciente decisión de Brasil de asumir la representación de las embajadas de Argentina y Perú en la capital venezolana.

Esta medida se tomó después de que el presidente Nicolás Maduro expulsara a los diplomáticos de Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Uruguay. La expulsión se produjo en respuesta a las críticas y acusaciones de “acciones y declaraciones injerencistas” tras los resultados electorales emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela.

El CNE declaró a Nicolás Maduro ganador con un 51,2% de los votos frente al 44,2% de su principal opositor, Edmundo González Urrutia. La oposición ha denunciado fraude, alegando tener más del 70% de las actas de votación que muestran el triunfo de su candidato.

Brasil, bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, ha asumido la protección de las embajadas de Argentina y Perú en Caracas, así como la custodia de sus sedes diplomáticas. Esta decisión se basa en la Convención de Viena de 1969, que permite a un país delegado asumir la protección de los intereses de un país afectado en caso de ruptura de relaciones diplomáticas.

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La medida de Brasil responde a la necesidad de proteger a seis opositores venezolanos que permanecen asilados en la residencia de la embajada argentina desde marzo. La protección incluye la supervisión de la embajada por parte de Brasil y la garantía de seguridad para los asilados.

El presidente argentino, Javier Milei, agradeció a Brasil por asumir la custodia de la embajada, destacando la tradición diplomática de Brasil y la relación histórica entre ambos países. A pesar de las diferencias políticas entre Milei y Lula, esta acción demuestra el compromiso de Brasil con la diplomacia y la protección de los ciudadanos.

La crisis política en Venezuela y la falta de transparencia en las elecciones han llevado al aislamiento diplomático del gobierno venezolano. Actualmente, los canales de diálogo de Maduro se limitan a Brasil, Colombia y México, además de sus aliados tradicionales como Cuba, Nicaragua y Honduras.