En el barrio Niño Jesús de Catia, un sector popular en el extremo oeste de Caracas, las calles angostas y empinadas revelan un descontento creciente con el gobierno de Nicolás Maduro. Durante la campaña presidencial de 2012, el difunto presidente Hugo Chávez describió a Niño Jesús como un “bastión de la revolución bolivariana”, pero la realidad actual pinta un panorama muy diferente.
Carla, residente del barrio y votante histórica del chavismo, ha cambiado de postura. “Siempre voté por Chávez y en la elección pasada por Maduro, pero esta vez voté por la oposición”, confiesa Carla a BBC Mundo, señalando un descontento creciente incluso entre los chavistas tradicionales. Su padre, un ferviente seguidor del fallecido líder, también está decepcionado. “Hasta los chavistas se cansaron de Maduro”, concluye Carla.
El pasado domingo, tras el cierre de las mesas de votación, los resultados comenzaron a filtrarse en la Escuela Básica San Martín, el centro de votación más profundo en el barrio. A medida que se contaban las papeletas, se reveló que el candidato opositor Edmundo González había superado a Maduro con una diferencia considerable. En el centro de votación, Maduro obtuvo 326 votos frente a 854 de González. La noticia fue recibida con celebraciones y aplausos por los residentes, un contraste marcado con los resultados oficiales que dieron la victoria a Maduro.
En otro centro de votación en el Colegio Eugenio Mendoza Fe y Alegría, González obtuvo el 63% de los votos frente al 37% de Maduro. En toda la parroquia Sucre, González alcanzó el 61,93% de los votos, según reportes de la oposición. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha publicado las actas que respalden estos resultados, lo que ha alimentado las acusaciones de fraude.
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La frustración entre los residentes de Niño Jesús es palpable. Maikel Torres, un exchavista convertido en opositor, sostiene que la victoria de Maduro es un fraude. “Chávez hizo mucho por el barrio, pero Maduro nos ha empobrecido. La gente ya no lo soporta”, afirma Torres, quien asegura que el gobierno ha perdido el apoyo popular.
Las protestas en el barrio se intensificaron tras el anuncio de resultados. Los residentes han tomado las calles, utilizando cacerolas y quemando basura como forma de protesta. La tensión es alta, y las calles están casi desiertas, con escaso transporte y comercios cerrados.
Carlos Ponce, fundador del Movimiento Nacional Comandante Eterno, defiende el veredicto del CNE, diciendo que la oposición debe aceptar los resultados. “Cuando uno va a una competencia y hay un árbitro, simplemente hay que aceptar su veredicto”, señala Ponce, agregando que los chavistas siguen siendo la mayoría y que están comprometidos con el legado de Chávez.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por “defender la paz”, con conciertos y manifestaciones organizadas en apoyo a Maduro, las protestas continúan. El ministro de Defensa calificó las manifestaciones como un intento de golpe de Estado, mientras que el general Vladimir Padrino afirmó que Maduro tiene el apoyo incondicional de las fuerzas militares.
En Niño Jesús, los opositores están decididos a continuar con sus protestas. “No le temo a la muerte”, dice Maikel Torres, quien asegura que no se rendirá hasta que el gobierno cambie. La situación sigue siendo tensa, con enfrentamientos entre opositores y seguidores del chavismo, y un clima de miedo y represión que se extiende por el barrio.
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