Se sabe que la hidratación, proceso mediante el cual se reponen los fluidos perdidos, cumple un rol fundamental para el óptimo funcionamiento del cuerpo, y que muchos procesos que son considerados vitales están estrictamente ligados a ella.
De hecho, “(…) El agua representa alrededor del 60% del peso corporal en los hombres adultos y del 55% aproximadamente en mujeres adultas”, explica Sara Rivera, asesora de Nutrición de Herbalife. En ese sentido, además de mantener el balance hídrico, la hidratación es clave para regular la temperatura corporal. Y si bien beber suficiente agua es primordial para todas las personas, es especialmente importante para quienes practican deporte diariamente. ¿Por qué? A continuación, y en el contexto del Día del Deporte Ecuatoriano, que se conmemora el 26 de julio, la especialista lo explica:
1. Ayuda a reponer los líquidos corporales
La actividad física frecuente, especialmente aquella de alto rendimiento, requiere de una reposición de líquidos corporales que se pierden durante las rutinas de ejercicio a través del sudor. “El consumo diario de agua recomendado es de 2 litros para las mujeres y de 2,5 litros para los hombres”, señala Rivera. Y aunque el agua es el líquido vital, existen otras fuentes de hidratación por las que también se puede optar, como bebidas con electrolitos, infusiones, aguas saborizadas, jugos de fruta, entre otras, siempre priorizando aquellas con un bajo contenido de azúcar. “Además, se aconseja incluir en la dieta diaria alimentos como las frutas y verduras, que en líneas generales poseen un alto porcentaje de agua en su composición, y, por lo tanto, pueden contribuir a la hidratación”, asegura.
2. La deshidratación puede afectar el rendimiento deportivo
Cuando la hidratación no es óptima, el desempeño general del atleta se ve afectado. “Esto se debe a varias razones, entre ellas, dado que el agua amortigua las articulaciones, la deshidratación podría perjudicar aspectos como la flexibilidad y velocidad. Además, también pueden producirse alteraciones en el volumen plasmático, aumento de la temperatura corporal y del esfuerzo percibido, entre otras”, comenta la asesora. También podrían notarse los efectos de la deshidratación por la aparición calambres musculares, cambios en el estado de ánimo del deportista, pudiendo presentar falta de concentración, e incluso en dolores de cabeza e irritabilidad.
3. Minimiza el riesgo de sufrir lesiones
Llevar una correcta hidratación es esencial para prevenir lesiones. “Por eso, la sugerencia es hidratarse durante todas las fases del entrenamiento; es decir, antes, durante y después, para evitar la deshidratación y contribuir a la recuperación oportuna del cuerpo”, dice la nutricionista.
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