Los millones de venezolanos habilitados para votar en las elecciones de este 28 de julio afrontan una encrucijada histórica. Tienen como opción ir por Edmundo González, el candidato de la oposición, y poner fin a 11 años del Gobierno de Nicolás Maduro y a 25 años del chavismo.
Venezuela, un país marcado por una rampante crisis económica, por la inseguridad, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la censura al que opine distinto y una migración masiva, se enfrenta a una de las elecciones presidenciales más difíciles: reelegir a Maduro por seis años más o votar por la opción de cambio que representa González.
Desde que, en 1998, Hugo Rafael Chávez Frías llegó al poder, la nación empezó a surfear los múltiples problemas que desencadenaron en paros, extensas jornadas de protesta, represiones e inhabilitaciones políticas a candidatos opositores. La última maniobra política, que desató una ola de cuestionamientos y alertas dentro y fuera del país, fue la inhabilitación de María Corina Machado, líder histórica del antichavismo, quien fue impedida de inscribir su candidatura, a pesar de que, en octubre de 2023, ella ganó las primarias de la plataforma unitaria de la oposición, con un contundente 93% de los votos.
Ante esa jugada, la oposición eligió como su candidato a González, quien ha logrado capitalizar el descontento social y tomar la posta de Machado, de una manera tan fuerte que ha desatado una reacción negativa por parte del jefe de Estado. Es así como estas elecciones, más allá de lo político, son vistas como una oportunidad para reescribir la historia de Venezuela, escenario bajo el cual surge esta gran interrogante:
¿Podrá la oposición consolidada en torno a González y a Machado desafiar al poder establecido y traer una nueva esperanza al país?
El desenlace de este domingo 28J será, sin duda, un punto de inflexión crucial para el futuro de Venezuela y de América Latina. Con el propósito de ofrecer un análisis sobre la importancia de este proceso, un equipo de Ecuadorenvivo.com dialogó con cuatro expertos, quienes han seguido de cerca lo que ocurre en el amigo país.
Todos coinciden en avizorar un inminente triunfo del candidato de la oposición Edmundo González y también en su preocupación ante la posibilidad de que Maduro no acepte su derrota e incluso llegue al extremo de manipular el resultado de los comicios, como ha ocurrido en el pasado.
La politóloga Betzabeth Jaramillo considera que la campaña de González ha logrado movilizar a la población y generar un fuerte movimiento social, para cuya consolidación han sido fundamentales la figura y el liderazgo de María Corina Machado.
La experta destaca la estrategia de la oposición, que ha utilizado las redes sociales y otros medios no convencionales para llegar a los votantes con un fuerte mensaje sobre la resistencia que genera el chavismo y el clamor de cambio en una población que ha sufrido el impacto de un régimen “dictatorial”.
Jaramillo también destaca el rol que ha jugado la comunidad internacional, con líderes globales que exigen se respete el resultado electoral y que rechazan cualquier intento de fraude. Ante ese panorama, Jaramillo considera que el Gobierno de Maduro podría asumir una derrota.
En ese sentido, la internacionalista resalta la importancia de la vigilancia y la organización de la oposición, para vigilar la transparencia del proceso. En su criterio, la victoria de González marcaría el comienzo de una transición pacífica y democrática en Venezuela.
La analista internacional Lorena Piedra es menos optimista. Para ella, la inhabilitación política de María Corina Machado es una evidencia de la falta de libertad y transparencia que ha caracterizado los procesos electorales en Venezuela durante las casi tres décadas del régimen chavista.
Piedra, en el diálogo con Ecuador EnVivo, destacó su particular preocupación por las recientes advertencias hechas por el presidente Nicolás Maduro en el sentido de que su derrota llevaría a los venezolanos a un baño de sangre.
“Un escenario de caos, y de inclusive ataques violentos en la sociedad civil, sería más probable que uno en el que Maduro deje el poder”.
El internacionalista Carlos Estarellas coincide con Piedra y señala que, uno de los principales obstáculos para la oposición es el control que Maduro ejerce sobre todos los poderes del Estado, entre ellos el Consejo Nacional Electoral (CNE), las Fuerzas Armadas, el Poder Legislativo y los medios de comunicación.
“Si el señor González gana las elecciones, como sugieren las encuestas, esto podría significar el restablecimiento de la democracia en Venezuela. Sin embargo, la amenaza de Nicolás Maduro de no reconocer los resultados y la posibilidad de violencia son preocupaciones serias”, lamentó.
Para Estarellas, el mayor riesgo sería un conflicto derivado de una negativa del régimen madurista a entregar el poder. De ocurrir aquello, considera fundamental el rol que juegue la comunidad internacional, para evitarlo.
El experto en temas internacionales destaca el trabajo de la oposición al chavismo, que ha demostrado valentía y firmeza y, sobre todo, la reacción masiva del pueblo venezolano que se ha levantado y se muestra decidido a votar por González, con la esperanza de que las amenazas de Maduro no se materialicen.
La falta de transparencia electoral genera incertidumbre
El chavismo-madurismo ha sido acusado de manipular los resultados electorales, lo que pone en duda la transparencia de los comicios de este 28J.
En ese sentido, Daniel Regalado, presidente de la Asociación de Venezolanos en Ecuador, expresa su temor de que las elecciones que se desarrollarán este domingo sean justas.
Su preocupación se debe a que el Consejo Electoral de Venezuela puso una serie de trabas y excluyó a una gran mayoría de venezolanos que viven en el exterior. Por ello, señala que estas elecciones han generado una profunda incertidumbre entre quienes viven fuera de Venezuela.
“La situación se agrava en Ecuador, ya que la ausencia de un consulado imposibilita el voto para muchos ciudadanos en esta nación”, dijo con preocupación.
Eso no es todo. Además de impedir que los ciudadanos venezolanos que salieron de su país por la crisis generalizada, ejerzan su derecho al voto, el Gobierno de Nicolás Maduro también obstaculizado la acreditación de observadores internacionales calificados para garantizar la transparencia del proceso, como es usual en todo país democrático.
El comportamiento de Maduro ha llegado al extremo de no permitir que históricos aliados suyos y de Chávez, como es el caso del expresidente de Argentina, Alberto Fernández, asista como veedor, a pesar de haber sido invitado y calificado como tal, según lo denunció el propio Fernández en sus redes sociales.
La posición poco transparente del mandatario de Venezuela también dio mucho de qué hablar cuando tomó distancia de su aliado clave y presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien expresó su preocupación por sus declaraciones sobre la posibilidad de violencia si pierde las presidenciales.
En contraste, el CNE ha invitado, con la anuencia de Maduro, solo a delegaciones de organizaciones afines como la CELAC y la CARICOM. En tanto, la ONU y el Centro Carter han enviado equipos limitados para monitorear las elecciones. La Unión Europea no participará, debido a tensiones con el régimen.
Este escenario adverso se complementa con las trabas que, según ha denunciado la oposición, han impuesto para impedir que realice una vigilancia adecuada sobre el desarrollo de esta crucial jornada electoral.
13 veces Maduro
El diseño de la boleta electoral en Venezuela favorece a Nicolás Maduro, quien aparece en 13 de las 38 casillas debido al apoyo de 13 partidos políticos. Esto contrasta con Edmundo González, principal candidato opositor, que solo figura en tres casillas. La disparidad ha sido criticada como una estrategia para confundir a los votantes y manipular el proceso electoral a favor del gobierno actual.
Maduro vs. González, y sus figuras secundarias
“El candidato de Chávez”
Nicolás Maduro, nacido el 23 de noviembre de 1962 en Caracas. Es el presidente de Venezuela desde 2013.
Su mandato ha estado marcado por una profunda crisis económica, una significativa migración de venezolanos, y acusaciones de violaciones a los derechos humanos y corrupción. A pesar de las críticas y desafíos, Maduro ha logrado mantenerse en el poder, convirtiéndose en uno de los presidentes más longevos de Venezuela en la historia reciente.
“Edmundo de esperanza”
Edmundo González Urrutia, nació en La Victoria un 29 de agosto de 1949, es un internacionalista, diplomático, profesor y escritor venezolano.
Ha sido embajador en Argelia y Argentina, y ocupó varios cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Su candidatura se consolidó tras problemas de registro con otros candidatos y el apoyo de la oposición, incluyendo a María Corina Machado, quien previamente había ganado las primarias opositoras.
“La candidata emocional”
María Corina Machado, nacida el 7 de octubre de 1967 en Caracas, es una influyente política venezolana y líder de la oposición. Aunque estuvo impedida de postularse para la Presidencia, ha emergido en los últimos meses como la ‘candidata emocional’. Su habilidad para sortear obstáculos y su impacto en el ámbito político sorprendieron al régimen. A pesar de su destacada labor, decidió ceder el puesto de candidato presidencial a Edmundo González Urrutia, buscando consolidar una candidatura unificada y fortalecer el frente opositor en las próximas elecciones.
“Con el mazo dando”
Diosdado Cabello es visto como una figura central en el Gobierno de Venezuela, y su prominencia y poder en el régimen chavista llevan a muchos a considerar que ejerce un control importante sobre el país, tanto así que se indica que es él quien realmente dirige Venezuela. Su influencia sobre el aparato militar y su papel en la estrategia política y propagandística refuerzan esta percepción.
Cabello enfrenta serias acusaciones de narcotráfico y es señalado como el líder del Cartel de los Soles, organización de tráfico de drogas.
25 años en la historia venezolana…
Desde que Hugo Chávez Frías llegó al poder, Venezuela empezó a experimentar la migración de sus ciudadanos. Pero, la acción se intensificó durante el gobierno de Maduro, cuando más 7.7 millones de venezolanos salieron de su país para residenciarse principalmente en países de Latinoamérica. La crisis económica, la hiperinflación y la falta de productos básicos impulsaron esta migración masiva. Maduro culpa a las sanciones internacionales, aunque la crisis comenzó antes de su implementación en 2019.
Crímenes de lesa humanidad
El 3 de noviembre de 2021, la Corte Penal Internacional abrió una investigación formal contra Venezuela por crímenes de lesa humanidad relacionados con la represión de protestas antigubernamentales en 2017. Esto convirtió a Venezuela en el primer país de América Latina en ser investigado por la CPI. A pesar de la impugnación de Maduro, la investigación sigue en marcha, respaldada por la ONU y otras organizaciones de derechos humanos que denuncian ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias.
Mayor inflación del mundo
Desde 2013, Venezuela ha enfrentado una severa crisis económica que redujo su PIB en un 75% para 2021. Las políticas de control de cambios y expropiaciones de Chávez, exacerbadas por la caída de los precios del petróleo, llevaron a una hiperinflación récord en 2018. A partir de 2018, Maduro adoptó reformas económicas, como la dolarización y el levantamiento de controles de precios, mejorando la situación aunque no resolviendo todos los problemas económicos del país.
Caída de la producción petrolera
Con la llegada de Chávez al poder en 1998, la producción petrolera de Venezuela empezó a disminuir drásticamente. Durante el gobierno de Maduro, la producción cayó a niveles de la década de 1940, alcanzando los 336.000 barriles diarios en junio de 2020. Las sanciones de EE.UU. y la pandemia de COVID-19 han contribuido a esta caída, aunque la disminución ya había comenzado antes de 2019. Para abril de este año, la producción era de 878.000 barriles diarios, una cifra baja para un país con las mayores reservas de crudo del mundo.
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