El expresidente de la Cámara de Agricultura, Rodrigo Gómez de la Torre, expuso los potenciales impactos económicos negativos que traería el proyecto de Ley Orgánica para la Protección, Bienestar y Defensa de los Animales No Humanos en Ecuador, si llegara a ser aprobado.

Criticó la falta de participación de sectores técnicos y productivos en la elaboración del proyecto, argumentando que se ha hecho de manera unilateral y con una fuerte carga ideológica.

Aunque el proyecto de ley fue motivado por la sentencia de la Corte Constitucional en el caso de la Mona Estrellita, que reconoce los derechos de los animales silvestres, dice que la ley propuesta va mucho más allá, imponiendo regulaciones que podrían encarecer significativamente la producción de alimentos y otros productos derivados de animales.

Entre los puntos más polémicos, Gómez de la Torre destacó la prohibición de uso de tecnología para aumentar la productividad, lo que, según él, podría triplicar los costos de producción de carne, leche, huevos, pollo y cerdo.

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Además, advirtió sobre la prohibición del uso de venenos para control de plagas y antimicrobianos para animales, lo que podría tener graves consecuencias para la salud pública y la seguridad alimentaria.

Mientras que mencionó que la prohibición del uso de cuero, piel y lana afectaría drásticamente a la industria textil y del calzado, así como a los artesanos de comunidades como Otavalo y Cotacachi. También habló de repercusiones para el turismo, con la prohibición de actividades tradicionales como las cabalgatas.

En términos económicos, estimó que la cadena agroalimentaria representa el 22% del Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador, y que el proyecto de ley podría poner en riesgo o encarecer significativamente un 11% del PIB. Esto, a su vez, impactaría a más de 1.5 millones de personas directamente vinculadas al sector productivo de proteína animal.

Finalmente, hizo un llamado a la ciudadanía y a las autoridades para que consideren los efectos adversos que esta ley podría tener en la economía y en las formas de vida tradicionales del país, instando a una revisión más técnica y menos ideológica de la propuesta.