El pleno del COE Metropolitano evaluó las acciones desarrolladas en la época lluviosa y conoció sobre el Plan Fuego que será implementado entre los meses de julio a octubre.

“Este COE Metropolitano tiene una relevancia: pasar de una época de lluvias a la época seca que para la ciudad ha significado incendios. Espero que ahora no sea así”, señaló Pabel Muñoz, alcalde de Quito.

Patricia Carrillo, directora de Gestión de Riesgos, informó que 1571 acciones de mitigación y prevención se realizaron en todo el Distrito Metropolitano de Quito desde octubre del 2023 y hasta junio del 2024, cumpliendo con las actividades priorizadas en el Plan ante Eventos Climáticos 2023-2024.

Entre ellas, monitoreo de las condiciones físicas de las quebradas, limpieza de los colectores en las quebradas Shanshayacu, Grande, Caupicho y Machángara, mantenimiento de las estructuras de captación de las quebradas Caicedo, Rumipamba, Tejado, Armero, Habas Corral y Pulida, recolección de basura en los barrios colindantes en las quebradas y retiro de árboles en el cauce entre la Av. Ajaví y Tnte. Hugo Ortiz.

Además, del monitoreo de las condiciones físicas de la cuenca alta del río Pita, control de áreas en proceso de deforestación (partes altas de la cuenca del río Pita), monitoreo de las condiciones física de los taludes colindantes con vía – Av. Simón Bolívar. El presupuesto invertido en estas acciones es de USD 10’840.575,22.

Durante la reunión se recalcó que de octubre 2023 a junio de 2024 hubo un 4% más de lluvias que el promedio de los últimos tres períodos. Se atendieron 547 eventos (10% más que los periodos anteriores) y con 347 personas afectadas (este representa 25% menos de afectados en comparación a los tres últimos períodos 463 afectados).

Inundaciones, colapsos estructurales, desbordamientos y movimientos en masa fueron las emergencias más recurrentes.

Concluido este tema y cerrado el Comité de Operaciones de Emergencia activado ante la época lluviosa, se presentó la estrategia local para responder ante incendios forestales durante la época seca, asegurando la preparación y respuesta adecuada ante posibles emergencias, con el propósito de optimizar los recursos, mejorar la resiliencia de la ciudad y garantizar la seguridad de los ciudadanos.