Antes de la noche de este jueves, muchos estadounidenses habían expresado su preocupación por la edad de Joe Biden y su idoneidad para el cargo. Decir que este debate no disipó esas preocupaciones es decir poco.
El presidente, quien tiene 81 años, llegó al debate con el listón muy bajo y tropezó. Estuvo plano. Divagó. No fue claro.
Hacia la mitad del debate, la campaña de Biden les dijo a los periodistas que el presidente estaba resfriado, en un intento de explicar su voz ronca. Puede que así fuera, pero también sonó como una excusa.
Durante 90 minutos, Joe Biden estuvo contra las cuerdas. Sobre todo al principio de la noche, algunas de sus respuestas no tenían sentido. Terminó una respuesta diciendo: “Por fin hemos vencido a Medicare”, una extraña referencia al programa de asistencia en salud para ancianos administrado por el gobierno.
La propia ex directora de comunicaciones de Biden, Kate Bedingfield, intervino en CNN inmediatamente después del debate, y fue clara: “No hay duda de que no fue un buen debate para Joe Biden”.
Bedingfield dijo que su mayor desafío era demostrar que tenía la energía y la resistencia, y no lo hizo.
A medida que avanzaba el debate, como un boxeador contra las cuerdas, Biden empezó a dar grandes golpes a su oponente en un intento por cambiar el rumbo. Algunos de esos golpes tuvieron éxito, y provocaron airadas respuestas del expresidente.
El hecho de que los primeros temas que se trataron fueran la economía y la inmigración, asuntos en los que los estadounidenses confían más en Donald Trump según las encuestas, no hizo sino empeorar el problema para el presidente.
“Realmente no sé qué ha dicho al final de esa frase, y creo que él tampoco”, bromeó Trump tras otra respuesta de Biden. Esa frase quizá haya resumido la noche.
¿Un candidato diferente?
Este es el debate más prematuro de la historia moderna de Estados Unidos, en parte porque el equipo de Biden así lo quiso. Una de las razones es que querían desviar la atención hacia Trump en una fase más temprana de la campaña, con la esperanza de recordar a los votantes estadounidenses la naturaleza caótica de su presidencia.
Pero después de este debate se hablará más de la actuación de Biden que de la del expresidente.
Otra razón por la que el equipo de Biden puede haber querido un debate adelantado es que le daría a su candidato más tiempo para recuperarse de una floja actuación. Esto puede ser lo que les reconforte tras la noche de este jueves.
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Los demócratas tienen su convención en agosto. Allí podrán ofrecer una visión más estructurada de lo que sería un segundo mandato de Biden para los estadounidenses.
Hay otro debate programado para septiembre, que -si se celebra- estará más fresco en las mentes de los estadounidenses cuando se dirijan a las urnas en noviembre.
Sin embargo, eso puede ser un consuelo débil para los demócratas, que pueden estar preguntándose si una segunda oportunidad contra Trump en el escenario resultará diferente para su candidato. Y algunos, en este momento, pueden estar pensando en cómo conseguir un candidato diferente en su convención de agosto.
Pánico en las filas demócratas
Si una cosa ha quedado clara en la noche de este jueves es que el desempeño de Biden en el debate hizo saltar las alarmas en el Partido Demócrata, reseña la BBC.
En las principales cadenas estadounidenses, los analistas después del cara a cara se han centrado el el “pánico” que corría por las filas demócratas por la “catastrófica” actuación de Biden, sin que las falsedades e inexactitudes que ha repetido Trump durante el debate pudieran contrarrestar la mala impresión que dejó el presidente.
“Este fue un debate que cambió las reglas del juego en el sentido de que ahora mismo, mientras hablamos, hay un pánico profundo, amplio y muy agresivo en el Partido Demócrata”, señaló el veterano corresponsal nacional de la cadena CNN, John King
“(El pánico) Comenzó minutos después del debate y continúa ahora. Involucra a estrategas del partido, funcionarios electos, recaudadores de fondos… y están teniendo conversaciones sobre el desempeño del presidente, que consideran deprimente”, dijo King.
“Algunas de esas conversaciones incluyen ‘¿Deberíamos ir a la Casa Blanca y pedirle al presidente que se haga a un lado?‘ Otras conversaciones giran en torno a: ‘¿Deberían los demócratas prominentes hacer público ese llamado porque sienten que este debate fue tan terrible?'”, explicó el periodista de CNN.
Por su parte, el comentarista político David Axelrod dijo que Biden venció a Trump en sustancia, pero admitió: “Habrá discusiones sobre si él [Biden] debería continuar”.
Según los analistas, la única manera de que Joe Biden no sea el candidato de su partido en las elecciones de noviembre sería que el propio mandatario se retire de la carrera antes de la Convención Demócrata de agosto, que debe elegir oficialmente al candidato de la formación, algo que a estas alturas parece improbable.
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