Las cifras de las remesas que los ecuatorianos envían desde el exterior han crecido en más del 15 %, llegando en el año 2023 a la cifra de $ 5.447 millones de dólares.
Esta cifra puede ser interpretada de muchas maneras. En primer lugar, que es un enorme aporte a la sostenibilidad del país y que debemos todos agradecer a esos migrantes que permiten la viabilidad de la economía ecuatoriana.
En segundo lugar que ese crecimiento no refleja necesariamente que haya 15 % más de migrantes en el exterior, sino lo que un muy extenso y profundo análisis hecho en el 2007 por el Banco Mundial, que puede ser encontrado en este link: https://documents1.worldbank.org/curated/en/759971468045835906/pdf
/426990PUB0Remi1disclosed02125120081.pdf, demuestra que cuando la economía del país receptor se deteriora las remesas aumentan, así como cuando la economía del país del cual los migrantes envían los recursos crece también las remesas crecen.
La gran cantidad de gente que quiere salir del Ecuador por falta de oportunidades hoy es alarmante. Hoy el aumento que se ha dado en las remesas refleja el deterioro de la economía ecuatoriana.
Lo que existe en estos momentos de reserva monetaria internacional líquida y verdadera es más o menos igual a la cantidad de remesas enviadas por los ecuatorianos migrantes.
Al Ecuador no entra dinero porque los inversionistas no confían en el país y traen, como en el caso del Perú, Colombia, Bolivia, Chile y muchos otros países latinoamericanos entre el 3 % y el 4 % del PIB como inversión extranjera directa. Al Ecuador ingresan más de 5.000 millones de dólares que envían los migrantes porque no hay inversión extranjera, porque no existen tampoco inversiones domésticas del Estado o del sector privado que ofrezcan opciones de empleo y opciones de crecimiento económico.
Muchos Gobiernos han pasado leyes para fomentar el empleo y el crecimiento: ¡han fracasado todas!
El crecimiento económico y el empleo se generan no con leyes, sino con inversión. La inversión extranjera directa no viene ni vendrá con la gran inseguridad jurídica e irracionalidad de la política económica que tiene el país. Y la inversión doméstica está paralizada porque el Estado que debe invertir en infraestructura
y debe invertir para facilitar el funcionamiento del sector privado no lo hace porque regala su plata en subsidios y no tiene un centavo partido por la mitad para invertir. Y el sector privado tampoco invierte porque no existe una estructura de tasas de interés que favorezca la inversión, o que permita el desarrollo de un mercado de capitales. Mientras el mercado de capitales de Chile mueve alrededor del 300 % del PIB al año, el mercado de capitales del Ecuador mueve apenas un 10 %.
El Ecuador subsiste por la separación de familias, por hijos que no tienen cerca a sus padres, o esposos que se tienen que separar, subsiste por madres que no tienen cerca a sus hijos. Las remesas no son una historia de éxito, son la historia de un fracaso. Este fracaso seguirá mientras no enfrentemos los problemas estructurales a fondo y la sociedad en su conjunto decida resolverlos.
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