Las elecciones en Rusia se llevaron a cabo desde el viernes hasta el domingo en un entorno estrechamente controlado, donde cualquier crítica pública contra el presidente Vladimir Putin o su guerra en Ucrania es reprimida.

El principal opositor político de Putin, Alexei Navalny, murió en circunstancias dudosas el mes pasado en una prisión del Ártico, mientras que otros críticos se encuentran encarcelados o en el exilio. Más allá de la falta de opciones para los votantes, la supervisión independiente de las elecciones fue extremadamente limitada.

Los colaboradores de Navalny instaron a los descontentos con Putin o con la guerra a protestar acudiendo a las urnas al mediodía del domingo. Esta llamada a la protesta, denominada “Mediodía contra Putin”, se replicó en varias capitales del mundo.

Entre los que respondieron a la convocatoria se encontraba Yulia Navalnaya, la viuda de Navalny, quien se unió a una larga fila en la embajada rusa en Berlín mientras algunos aplaudían y coreaban su nombre. Después de más de cinco horas en la cola, Navalnaya depositó su voto y declaró a los periodistas que había escrito el nombre de su difunto marido en la papeleta.

Cuando se le preguntó si tenía algún mensaje para Putin, Navalnaya respondió: “Por favor, dejen de pedir mensajes míos o de alguien para el señor Putin. No puede haber negociaciones ni nada con el Sr. Putin, porque es un asesino, es un gángster”.

Tras el anuncio de los resultados oficiales, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky acusó a Putin de estar “ebrio de poder” y de querer “reinar eternamente”.

Putin, de 71 años, ya ha ejercido cuatro mandatos presidenciales y un período intermedio como primer ministro, manteniendo una estructura de poder vertical desde su llegada al Kremlin en 1999. Surgido del KGB soviético, ha llevado a cabo un constante endurecimiento y una búsqueda de poder geopolítico que incluye la intervención militar en Ucrania en 2022.

Si Putin completa un nuevo mandato, habrá superado en tiempo en el poder a cualquier otro líder ruso desde el siglo XVIII.