En medio del conflicto armado interno y la vigencia del estado de excepción en todo el país, los casos de secuestros, extorsiones y asaltos a los transportistas pesados se han incrementado significativamente en la última semana, según denunció el coordinador de la Confederación de Transporte Pesado de Ecuador (Confetrape), René Gómez.
En una entrevista con Radio Pichincha, Gómez precisó que en la semana anterior se registraron al menos diez casos de robo de vehículos, lo que ha generado un clima de inseguridad y tensión en el sector del transporte pesado.
Aunque el estado de excepción, declarado el 8 de enero de 2024, inicialmente logró reducir los delitos contra los transportistas en un 70%, en los últimos días se ha observado un preocupante aumento en los reportes de robos, secuestros y extorsiones en las vías del país.
Gómez ejemplificó esta situación con el caso de un conductor secuestrado el pasado sábado en la provincia del Guayas, cuyo paradero aún se desconoce, destacando la gravedad de la problemática que enfrentan los transportistas.
Ante esta situación crítica, el representante de Confetrape informó que la organización ha solicitado una reunión formal con la ministra de Gobierno, Mónica Palencia, para abordar este tema y buscar soluciones urgentes.
Además, Gómez expresó la necesidad de implementar medidas de seguridad adicionales, como la adquisición de kits de identificación de delincuentes conectados al sistema ECU 911, e incluso planteó la posibilidad de que los transportistas puedan portar armas como una medida para protegerse de los ataques en las vías.
En cuanto a los puntos críticos identificados, Gómez señaló que el anillo vial de Quevedo continúa siendo uno de los lugares más peligrosos para los transportistas, junto con otras rutas como Balsar-El Empalme, Quevedo-El Empalme, Santo Domingo-Manabí y Quinindé-Santo Domingo.
Ante la urgencia de la situación, Gómez hizo un llamado al Gobierno de Daniel Noboa para que escuche las propuestas del sector y tome medidas concretas para garantizar la seguridad de los más de 230,000 transportistas pesados que operan en el país.
En medio de la desesperación por la falta de seguridad, Gómez enfatizó la necesidad de contar con más medidas de protección en las vías, señalando que los transportistas están dispuestos a asumir costos adicionales si eso garantiza su seguridad y la de sus familias.
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