La crisis del fentanilo, un opioide sintético responsable de al menos 90,000 muertes en Estados Unidos en 2021, se está extendiendo más allá de sus fronteras y amenaza con convertirse en una crisis global, advierte Vanda Felbab-Brown, experta en seguridad nacional y crimen organizado del Brookings Institution.
Estados Unidos y Canadá son los países más afectados por esta droga letal, pero la falta de controles y testeos en otras regiones dificulta determinar su presencia o ausencia. Felbab-Brown destaca que realizar testeos en incautaciones de drogas y en personas que llegan a emergencias con sobredosis es crucial para obtener información precisa sobre la presencia del fentanilo.
México, a pesar de negar la producción y uso de fentanilo, muestra evidencia creciente de sus efectos en muertes por sobredosis. Felbab-Brown menciona que autopsias realizadas por ONG en el norte de México revelaron la presencia de fentanilo en el 25% de las personas examinadas.
Europa también ha experimentado casos de fentanilo, especialmente en países nórdicos y del este. Aunque la policía ha logrado contener algunos brotes, la amenaza persiste. La experta señala que en Europa occidental, otro tipo de opioides sintéticos y clases similares parecen representar una amenaza más significativa.
En Sudamérica, Argentina, Brasil y Colombia han reportado casos limitados de fentanilo. Sin embargo, la falta de información y datos sólidos dificulta evaluar el alcance real de la amenaza en la región. Los esfuerzos de grupos criminales en Colombia para desviar fentanilo del uso médico legal al mercado ilegal también generan preocupaciones.
Australia y Nueva Zelanda son identificados como otros mercados con alto potencial para la aparición del fentanilo. La experta sugiere que las redes criminales chinas, actores dominantes en este comercio, podrían buscar penetrar en estos mercados de gran valor y altas ganancias.
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