La Corte Constitucional de Ecuador marcó un hito histórico este 7 de febrero al despenalizar la eutanasia en el país, tras una sentencia derivada de la demanda presentada por Paola Roldán. Esta decisión implica que los médicos que proporcionen asistencia para una muerte digna no sean penalizados, siempre y cuando se sigan los parámetros establecidos por los magistrados.

Al respecto, el padre de Paola, Francisco Roldán, abordó este tema desde una perspectiva ética y humana. Si bien evitó discutir los aspectos legales del caso, hizo hincapié en la importancia de la compasión hacia quienes sufren enfermedades catastróficas. Según él, la causa de su hija refleja valores humanos, cristianos y católicos, argumentando que Dios desea que los seres humanos vivan y mueran con dignidad.

Para Paola, quien enfrenta una enfermedad paralizante y dolorosa, la posibilidad de morir con dignidad representa un alivio frente al sufrimiento extremo y los episodios espantosos que ha experimentado, dijo al agregar que la lucha de su hija no promueve una “cultura de la muerte”, sino que busca garantizar que aquellos en situaciones similares tengan acceso a una muerte asistida digna, sin sufrimiento, especialmente aquellos de escasos recursos. Apelando a la comprensión y la caridad cristiana, instó a la comunidad católica a ser más compasiva hacia los que enfrentan enfermedades devastadoras.

En cuanto a la preocupación por la regulación legislativa y un posible veto ejecutivo, Roldán expresó confianza en la sentencia de la Corte Constitucional, la cual tiene efecto inmediato. A pesar de la posibilidad de un plazo inicial de 15 días mencionado en la demanda de Paola, él aclaró que su hija está enfocada en seguir luchando por la vida y disfrutar de su familia, y no tiene planes inmediatos de recurrir a la eutanasia.