En un estudio revelador, que involucró el escaneo de más de 10,000 cerebros de individuos sanos de 18 a 97 años, se descubrió que tan solo 25 minutos de ejercicio a la semana, o menos de cuatro minutos al día, pueden tener un impacto significativo en la salud cerebral y la capacidad cognitiva a medida que envejecemos.
El evento, realizado en el Fuerte Militar Huancavilca de Guayaquil, fue testigo de la entrega oficial de una donación por parte del gobierno de Estados Unidos a Ecuador. Equipos destinados a la seguridad y gestión de riesgos fueron entregados en presencia del embajador estadounidense, Michael Fitzpatrick, y la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, general Laura Richardson, quien visitó el país como parte de un acuerdo de colaboración.
La donación, valuada en aproximadamente 2.7 millones de dólares, incluyó material táctico y de seguridad por 2.4 millones de dólares, así como equipos de prevención de desastres naturales por cerca de 300,000 dólares. Este gesto fortalece el compromiso de Estados Unidos de respaldar la lucha del Ecuador contra el crimen organizado.
El estudio sobre el ejercicio y la salud cerebral, por otro lado, reveló que incluso pequeñas cantidades de ejercicio tienen un impacto positivo en el volumen cerebral. Aquellos que caminan, nadan, andan en bicicleta o realizan ejercicio moderado durante 25 minutos a la semana mostraron cerebros más grandes, especialmente en áreas vinculadas al pensamiento y la memoria. Este hallazgo sugiere que el ejercicio puede ser una herramienta valiosa para combatir el deterioro cognitivo y la demencia asociados al envejecimiento.
Cyrus A. Raji, líder del estudio, señaló que el ejercicio, aunque breve, podría ser clave para mantener la salud del cerebro a lo largo de la vida. Aunque los resultados son asociativos, Raji sugiere que el ejercicio podría reducir la inflamación cerebral y estimular la liberación de neuroquímicos beneficiosos.
El estudio también mostró que la actividad física moderada resultó ser más beneficiosa para el cerebro que el ejercicio vigoroso. Los investigadores subrayan la importancia de cualquier tipo de ejercicio, incluso en pequeñas cantidades, como una excelente medida para mantener la salud cerebral. Según Raji, construir una “reserva cerebral estructural” a través del ejercicio podría proporcionar un amortiguador protector contra la disminución natural del tamaño y la función cerebral con la edad.
David Raichlen, profesor de ciencias biológicas y antropología, comenta que estudios como este respaldan la idea de que cualquier cantidad de movimiento puede tener un impacto positivo en la salud del cerebro, enfatizando que nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para comenzar.
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