Feb 28, 2024

 Injertos de piedra, retiro de enlucidos de cemento, reposiciones en tallado, limpieza, entre otras labores ejecutan los profesionales del Instituto Metropolitana de Patrimonio (IMP), para proteger el patrimonio material e inmaterial del Distrito Metropolitano de Quito.

En San Agustín, las esculturas de las hornacinas laterales (hueco en forma de arco para colocar en él una estatua o poner un altar), corresponden a una técnica artística de barro cocido del siglo XX. Estas esculturas son modeladas y cocidas en horno, tienen una altura de 1,40 o 1,50 metros. En estas esculturas corrobora que, en muchas fachadas de Quito, existían áreas decoradas que querían ser resaltadas.

Varias de estas esculturas tienen restos de policromías, de encarnes en el rostro. En el templete de la Catedral hay técnicas de dorados, pinturas sobre las piedras. En el Carmen Alto, la parte alta de la fachada está conformada por ladrillo, cal y arena modelada que dan un aspecto decorativo con escudos y volutas o adornos en forma de espiral en las cornisas.

Existe evidencia de que las fachadas en alguna época fueron pintadas y decoradas tenían estos elementos como el oro, la policromía, el marmoleado, esto indica que llegaban nuevos estilos y se retiraba esa pintura. La Compañía de Jesús tuvo un revestimiento y fue pintada por completo, no tenía la piedra expuesta, era un soporte que recibía técnicas decorativas.

En la fachada de Santa Clara se observa restos de pintura rojiza, de color terracota, en todos sus elementos de piedra. “Identificamos que debajo de lo que se tiene como técnica de simulación de piedra (un alto relieve trabajado con ladrillo y morteros de cal), se ve un color terracota por completo y esto guarda relación con el recubrimiento de su cúpula, en sus terrazas, porque allí se expone ‘ladrillo pastelero’ en los cupulines; en esta iglesia se usó este color con la intencionalidad de dar unidad cromática en cada uno de los elementos decorativos”, dijo Santiago Chiriboga, restaurador del IMP.

La intervención se realizará en diez espacios que presentan niveles altos de deterioro para estabilizar sus materiales constructivos y preservar sus valores de autenticidad. Además, se precautela la integridad física de puertas, ventanas, rejas, con la aplicación de tratamientos técnicos y mantenimiento preventivo a aquellas fachadas que presentan patologías menores, debido a que ya fueron intervenidas anteriormente. Las labores empezaron en octubre del 2023, y concluirán a mediados de este año.

Las labores de restauración permiten eliminar los daños ocasionados por factores atmosféricos y biológicos, como humedad por lluvia, incidencia solar, excrementos de palomas que provocan manchas ácidas y forman una capa sobre la piedra.

La obra tiene una inversión que bordea los USD 300 mil. Los trabajos en el Arco de la Reina, Santa Clara, capilla San Juan de Dios y San Agustín ya concluyeron; actualmente se trabaja en la Catedral Metropolitana y San Francisco en mantenimiento y conservación, posteriormente se extenderán a Carmen Alto y otras edificaciones.

“El proyecto permite comprender que las iglesias tenían técnicas decorativas de color; los elementos relevantes como esculturas, ángeles, capiteles estuvieron decorados. Las fachadas fueron tratadas como un altar, están conformadas de la misma manera, morfológicamente tienen cuerpos, calles, nichos, hornacinas, remates, cornisas igual a los altares al interior de las iglesias, dándole mayor relevancia”, expresó Chiriboga.

Agregó que, en San Francisco, la verdadera problemática es la incidencia que tienen las aves, la fauna urbana que se encuentra en la plaza, pues hay áreas bastante afectadas debido al excremento de palomas, encontraron afectaciones a nivel profundo con manchas de acidez y sales que se relacionan al tema de lluvias y contaminación atmosférica.

Existen daños puntuales relacionados a desprendimiento de enlucidos en el reloj, los han sido corregidos mediante consolidaciones y reposiciones de enlucidos. En el atrio a nivel del suelo se presentan eflorescencias salinas, manchas blancas producto de las humedades, esto genera deterioros físicos en la piedra, en algunos casos se observan oquedades, desprendimientos, desplazamientos de piedra; para tratarlos se hace una extracción de la humedad a través de varios procesos técnicos se procede a realizar la fijación de la piedra para evitar desprendimientos.

El personal que desarrolla estos trabajos son restauradores; arquitectos; planilladores; un técnico de seguridad, que controla la aplicación de normativa uso de arnés, cascos y otros implementos; auxiliares de restauración, obreros como albañiles, peones, carpinteros.

La fachada de San Francisco tuvo, en algunos lugares, recubrimiento de ‘pan de oro’, eso se demuestra por la coloración rojiza de algunos espacios; lo que se ha vuelto visible luego de la limpieza que se realiza, esto es en elementos decorativos como ménsulas, querubines, los sellos franciscanos, etc. “Este material que se evidencia, actualmente, de color terracota es un material que permite la adherencia del ‘pan de oro’”, dijo el experto.

Una de las curiosidades que tiene esta iglesia es el uso dos personajes: Sebastián De Benalcázar, al sur, y Diego de Almagro al norte. “Están en la parte lateral del remate, los historiadores que trabajaron en el 2012, los relacionan con estas figuras. Algunos religiosos de la orden también han corroborado este dato”.



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